Higiene Masculina y Femenina En Genitales
Estos son los tips para higiene masculina y femenina en genitales
Los genitales masculinos y femeninos deben enjabonarse y lavarse diariamente, si bien es necesario saber de qué manera hacerlo correctamente
Ducharse es una rutina diaria para la mayor parte de las personas y no tiene mayor secreto.
No obstante, la higiene genital precisa de unos cuidados concretos para sostener en perfectas condiciones de salud esta zona del cuerpo, a la que no siempre y en toda circunstancia se le presta la atención precisa.
LEER NOTA COMPLETA¿De qué manera se efectúa una buena higiene de los genitales?
¿Cuáles son las medidas que hay que tomar en consideración?
¿Qué aporta la utilización de productos concretos, como los geles o bien jabones con pH neutro?
En el artículo se da contestación a estas y otras cuestiones en torno a la higiene genital masculina y femenina.
La ducha diaria es parte de la higiene de bastantes personas.
Así sea para despejarse por la mañana, para relajarse tras una jornada dura, tras practicar actividad física o bien solo para atenuar el calor en la temporada en que las temperaturas aprietan, se ha transformado en una rutina.
No obstante, las voces especialistas aconsejan no sobrepasarse en su frecuencia ni tampoco en el empleo de productos químicos, en tanto que tanto el exceso de agua como de jabones puede trastocar el mantón lipídico de la piel, que le proporciona protección.
Mas, ¿qué ocurre con los genitales?
¿Cuáles son las medidas que hay que tomar en consideración en su higiene?
Los genitales, tanto los masculinos como los femeninos, son zonas del cuerpo a las que hay que dedicar una atención singular.
Así como los pies y las axilas, los genitales son partes que habrían de ser enjabonados diariamente, igual que sucede con las manos, cuya frecuencia habría de ser superior, para eludir la transmisión de gérmenes.
No obstante, la higiene íntima no hay que hacerla de cualquier forma.
Higiene genital femenina
Las duchas vaginales suprimen la vegetación vaginal protectora y pueden favorecer las infecciones
La higiene íntima femenina tiene una regla de oro que es trasladable a toda vez que se marcha al baño: los movimientos de limpieza siempre y en toda circunstancia han de ser de delante cara atrás.
Esta acción es esencial para eludir pasar los gérmenes del área anal a la vaginal, que podrían provocar infecciones.
De la misma manera se debe proceder en el secado, con una toalla diferente a la del resto del cuerpo, usando diferentes unas partes de la toalla, si se efectúa de forma repetida, y ser realmente meticulosa en el secado de los pliegues.
La frecuencia depende de el ejercicio físico de día tras día y de si se tienen pérdidas de orina, mas con la ducha de la mañana sería suficiente.
Eso sí, «es necesario emplear productos con pH conveniente a cada etapa de la vida de la mujer», apostilla Gema García Gálvez, ginecóloga y responsable de la Unidad de Suelo Pélvico del Centro de salud Quirón de la capital de España.
A lo largo de la regla, no hay por qué razón lavarse con más frecuencia.
La especialista aconseja, si se opta por emplear productos más saludables para la higiene en estos días, el empleo de la copa menstrual y jabones con pH menos ácido.
Al adquirir productos para la higiene íntima se debe tener en consideración que sean respetuosos con el pH vaginal, «que aporten hidratación sobre todo en la etapa de la postmenopausia, y si se tiende a molestias genitales, buscar productos con componentes como bardana, camomila o bien aloe, ideales para piel y mucosas sensibles.
Evidentemente, para una tolerancia inmejorable, lo ideal es que no contenga parabenos, colorantes, etcétera», apunta.
En verdad, la vulva no deja de ser piel y para su higiene valen los geles de ducha anatómicos.
No obstante, la vagina tiene un ecosistema muy singular y a la vegetación vaginal hay que cuidarla por el hecho de que su desprotección puede acarrear molestias y flujo desapacible.
Desde la perimenopausia la especialista recomienda utilizar productos de higiene íntima con pH más básico; cremas, comprimidos o bien el anillo con estrógenos, conforme indicación del ginecólogo; y, en el caso de pérdidas de orina, absorbentes hipoalergénicos que garanticen una absorción conveniente.
En lo que se refiere a las toallitas diseñadas para la higiene genital femenina (como las enriquecidas con ácido L-láctico biológico, que conservan la microflora vaginal), esta especialista las aconseja (al paso que no contengan excipientes alergénicos o bien que resequen la piel de la vulva) como opción para viajes y situaciones singulares (campamentos, excursiones, etcétera).
De igual forma sucede con los desodorizantes íntimos que estuvieron muy de tendencia hace unos años.
¿Hacen falta?
«Puesto que la verdad, no veo la necesidad de su empleo, una higiene conveniente es suficiente, si quizá productos hidratantes en situaciones de sequedad vulvovaginal y lencería de algodón», aclara.
Con todo, la higiene genital femenina peca, de manera frecuente, de ser excesiva.
La mayor parte de las veces se debe a falsos mitos culturales que esgrimen que el flujo huele mal (que no es cierto, salvo que haya una infección) o bien que está «mal» tener secreciones.
Por este último motivo muchas mujeres se efectúan las dañinas duchas vaginales.
No obstante, los especialistas no las aconsejan, a no ser bajo prescripción, en tanto que suprimen la vegetación vaginal protectora y pueden hacer que se sea más susceptible a las infecciones y extender las existentes a los órganos de la pelvis.
Higiene íntima masculina
A lo largo de la ducha y tras sostener relaciones íntimas, hay que retirar el prepucio cara atrás y adecentar el bálano
De igual forma que las mujeres, los hombres deben lavarse los genitales día a día.
Tras el borde del balano y bajo el prepucio, hay unas glándulas que segregan una substancia viscosa llamada el esmegma, que se amontona en el atravieso balanoprepucial, sobre todo en aquellos varones no circuncidados.
Esto demanda una extremada higiene puesto que, aparte de generar un fuerte fragancia, puede ser el origen de irritaciones y de infecciones por hongos y bacterias.
Por esta razón, día tras día a lo largo de la ducha y siempre y en toda circunstancia tras sostener relaciones íntimas, hay que retirar el prepucio totalmente cara atrás y adecentar con meticulosidad el balano con agua y jabón para dejarlo libre de secreciones.
Asimismo hay que lavar bien, con agua y jabón, el resto del pene y los testículos.
Una vez bien aclarados, se debe continuarse con un secado aprensivo, con una toalla diferente a la del resto del cuerpo.
Hay que prestarle mucha atención a las zonas inguinales, en tanto que un exceso de humedad o bien sudor son el entorno ideal para la proliferación de hongos y bacterias.
Y si para la higiene íntima femenina hay libres multitud de productos, para ellos asimismo.
En el mercado pueden encontrarse geles, jabones o bien toallitas de diferentes marcas.
Los productos diseñados para la higiene íntima masculina, aparte de llevar substancias con capacidad limpiadora (limpiador), se promocionan con capacidad aséptica, hidratante, desodorizante y también, aun, antioxidante, conforme el caso.
Hay que tomar en consideración que para una piel masculina sin inconvenientes de sensibilidad o bien otras perturbaciones que precisen de un tratamiento concreto, estos productos de cosmética calman síntomas como exceso de sudoración o bien prurito, mas si se trata de un inconveniente que se dilata en el tiempo o bien se aguza, lo mejor es preguntar con un dermatólogo por si acaso es preciso un tratamiento específico.
Recuerda que la higiene masculina y femenina en genitales, es de suma importancia para tener una buena salud.